Nombre: Tunia
De: MADRID, MADRID, Spain
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07 mayo 2007,7:02 p. m.
Hormigón ya tiene casa.


Mi Hormigón Precioso ya tiene dueño y casa.
Es una noticia estupenda, Hormigón se merecía una casa donde lo cuidaran y lo quisieran.
Mi penita es que yo no me lo pude llevar, ya tengo a Lupito y ya fue una odisea que mi familia lo adoptara, así que otro mas no me lo iban a permitir.
Ahora la echo mucho de menos, venir a trabajar y no verlo me causa tristeza pero en el fondo estoy feliz.
Todas las mañanas cuando llegaba solo hacia falta decir “Hormi” para que saliera y empezara a restregarse y ronronearme a modo de saludo y también pidiéndome su comida.
Como este gato he conocido pocos, cariñoso, agradecido, bueno… no se, habría que poner demasiados adjetivos para describirlo. Para ser un gato criado en la calle se dejaba coger en brazos y se acurrucaba en tu cuello como indicando lo a gustito que estaba, si quería mimos buscaba mi mano para que le acariciara la barriga y debajo de la cara. Cuando quería entrar en las casetas maullaba al lado de mi ventana para que lo escuchara, se metía dentro y al lado de mi mesa se tumbaba y dormía horas. Por eso ahora cuando miro su sitio y no lo veo me acuerdo de el.
El también nos ha enseñado un montón de cosas sobre los felinos, su celo, característico por esos maullidos desesperados, el cortejo de la gata y su monta; era alucinante verle seguir a la gatina por todo el parque, esos maullidos exóticos y suplicantes, muy sensuales algunas veces.
Los peores momentos eran cuando llegaba y le veía cojear y me maullaba indicándome que no estaba bien, que algo le pasaba, justo, esos momentos era cuando mas deseaba que tuviera un hogar, por que así no tendríamos que llevarlo al veterinario urgentemente porque le habían mordido. Cinco mordiscos le dieron en la misma pata durante la semana de celo.
Hubo una vez que le vi venir hacia mí cojeando y maullando, con la pata retorcida y me dije “ya estamos otra vez” pero cuando me acerque y le vi la pata me di cuenta que tenia un chicle pegado “¡! solo era un chicle ¡!” y suspire aliviada; fue gracioso ver como cojeaba por que tenia un objeto extraño en su pata.
La familia que lo ha adoptado me cuenta que esta muy bien, que le costó un par de dias adaptarse (normal) y que ha engordado un poquito y que se extrañan que sea tan cariñoso...Ja, ja.. y yo pienso " ese es mi Hormi". Espero que le cuiden mucho.
Cuando pase algún tiempo y nos vayamos de aquí, no lo recordaré tanto pero si tendré siempre en mi recuerdo a mi Hormigón Precioso, guardado en un rinconcito de mi mente con su nariz anaranjada, mirándome con ojos agradecidos cuando le daba de comer, cuando le acariciaba o simplemente le dejaba dormir horas enteras calentito dentro de la caseta.
escrito por Tunia
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